El vendedor que sueña

Escrito por: Luis Inman Peraldi

El vendedor que sueña, Columna por Luis Inman Peraldi

Los vendedores son quienes logran la mayoría de las ventas de un negocio y quiero dejarlo en claro. Sin embargo, es común escuchar a otros equipos decir que se la pasan en citas de restaurantes y café. Sin acudir a las instalaciones comunes; además de gastar en viáticos. Hoy hablaremos de sus acciones, los estilos de vendedores y de uno en particular, el vendedor que sueña.

Un colaborador de este tipo puede ser muy estimado por las transacciones que cierra. Y todo lo contrario si no vende según sus metas. Con base en esto, así como sus habilidades y conocimientos de procesos, se han establecido algunos estilos. En ese sentido, opino que hay otras variables que desarrollan y les permiten alcanzar el éxito. Por ejemplo:

1. Una metodología disciplinada
2. El que toma riesgos
3. Aquel que sueña y trabaja por alcanzar sus objetivos

El primero domina los procesos y utiliza herramientas de gestión de clientes como el CRM (Customer Relationship Management). Este software le permite dar seguimiento puntual al vender, así como relacionarse con sus clientes. Esto es parte de lo que lo hace un vendedor disciplinado.

Luego está el que es tomador de riesgos, por ejemplo, otorgar promociones extraordinarias o descuentos para enganchar a sus clientes. Sacrificar la comisión (en caso de que aplique), es una práctica común. Y luego de “enamorar” al consumidor, vender aún más o mejor. Aquí también se toman en cuenta el extralimitarse con los viáticos y hasta pagar del bolsillo propio.

Para finalizar, el vendedor soñador se fija una meta y día con día hace algo para abonar a su cumplimiento. Por ejemplo, da seguimiento a las ventas por medio de llamadas, correos, mensajes de texto o WhatsApp, etc. Es necesario decir que es alguien organizado que sabe cómo gestionar la información. Y a quien esto le funciona para su enfoque a resultados.

¿Por qué hago mención de El vendedor que sueña?

Pues porque es el que persigue sus objetivos. Y en su escritorio, clóset o hasta en su imaginación, pone una imagen de lo que desea alcanzar. Por ejemplo, formar una familia, vacacionar en un sitio en particular, un auto mejor, una casa de dos pisos, y más. No sólo se trata de metas profesionales, pues estas son tan sólo la base para el éxito personal.

Ahora te pregunto, ¿te consideras un vendedor soñador?

“Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo” . – Wittgenstein, filósofo austriaco.

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