De igual manera que vamos definiendo, planeando ciertos objetivos personales, familiares y / o profesionales, es esencial que nuestras metas financieras sean lo más claras y detalladas posible. De no ser así, ¡es probable que algunas terminen sin realizarse o se vuelvan simplemente imposibles de cumplir! Y para iniciar te pregunto, ¿qué tan definidas tienes tus metas financieras?
Siempre hay que considerar nuestras finanzas como herramientas para trabajar “sobre cómo alcanzar nuestros más profundos sueños y cómo proteger los frutos de nuestro trabajo” (Robert J. Schiller). Y recordar que una regla de oro de nuestro manejo financiero es la de administrar nuestros recursos. Este método lo mencionamos en la columna Tus finanzas, ¿aliadas o fuente de preocupaciones?, que puedes ir a consultar. Principalmente poniendo atención en los gastos que en muchas ocasiones podemos controlar de mejor manera.
¿Esos gastos generan realmente valor para ti o responden a un “antojo”, un “gustito” que te quieras dar? ¿qué tan definidas tienes tus metas financieras? Lo que gastas de más hoy en cosas que no importan tanto o no te generan valor, le quitan dinero a aquellas que realmente quieres para tu futuro.
Haz una lista de todos los pequeños gastos (los famosos “gastos hormiga”). Estos están complicando o haciendo imposible usar algo de TU DINERO para la casa de TUS SUEÑOS, la universidad de TUS HIJOS. O incluso la empresa que siempre quisiste abrir o TU RETIRO a más temprana edad.
¡Si este ejercicio te permite darte cuenta de que algo debes de hacer para generar beneficios para ti, ya diste un paso importante! Pero si no tomas ACCIÓN directamente después de hacerte consciente, no habrá servido de nada. El siguiente paso es aterrizar tus metas para que el ahorro que puedas generar tenga sentido y una finalidad que te motive día con día, mes con mes, año con año.
¿Por qué ahorrar si no tienes un fin? ¿Por qué ajustar ciertos gastos y llevar un presupuesto si no esperas un beneficio?
Por eso tienes que definir tus metas con varias características que vamos a detallar a continuación y que se pueden recordar con el acrónimo SMART:
1. ESpecífica
Poner una etiqueta, un nombre preciso a lo que queremos. “Quiero tener casa propia” es MUY diferente a “quiero comprar una casa, en tal colonia de tal ciudad, con 3 recámaras, 2 baños, un jardín, cochera para 2 autos, etc.” Tus objetivos deben ser lo más específicos y detallados que puedas. Tu cerebro debe entender, sin ningún tipo de ambigüedad, que es lo que quieres conseguir y tratar de evitar objetivos pocos específicos.
2. Medible
¿Cuánto representa este objetivo?, ¿qué necesitas? Regresando a esta casa, ¿cuál es su valor? ¿Cuánto necesitarás para el enganche? Pensando en tu retiro, ¿te ilusiona que éste empiece a tus 55, 60 o 65 años? ¿Con qué nivel de ingresos para vivir de manera digna y no depender de nadie? Ponerle montos detallados y medirlos hace más tangible cada una de tus metas ya que proporciona una manera de medir el progreso hacia ellas.
3. Alcanzable
Las metas tienen que ajustarse a la realidad del contexto, de forma que sean retadoras, pero sin expectativas poco realistas. Si deseas alcanzarlas, debes asumir tu situación actual con sus posibilidades y límites, y analizar también lo que podrías modificar para acercarte más pronto a tu meta. Recuerda:
“¡No hay que ajustar nuestros sueños a nuestras posibilidades, sino al revés!”.
4. Relevante
Las metas deben ser relevantes para generar motivación, constancia y disciplina en tu planeación y administración financiera. No hay magia y sin duda habrá momentos en los que los esfuerzos serán más complicados, otros en los que el tiempo parecerá alargarse… Pero si lo que definiste es lo suficientemente relevante lograrás seguir con tus decisiones y acercarte paso a paso a tu objetivo.
5. Temporalidad
¿Cuánto tiempo tienes para lograr este objetivo? ¿En qué fecha quieres tener el capital suficiente para el enganche de tu casa? ¿Cuándo necesitas contar con un capital para la carrera o el posgrado de tus hj@s? ¿En cuántos años el monto necesario para poder retirarte sin presión? Definir este tiempo te permitirá ajustar tu estrategia y trabajar al mismo tiempo para diferentes metas.
¿Qué tan definidas tienes tus metas financieras? ¿Ya estás listo para regalarte una sesión y aterrizar tus metas?
¡No dejes pasar más de 72 horas para empezar por lo menos con una o dos! Lo más relevante primero, para empezar como un “entrenamiento” y avanzar poco a poco… Y de una vez analicemos cómo una estrategia financiera adecuada te puede apoyar en acercarte a tus objetivos.