Date cuenta si eres resultado de la cultura del esfuerzo

Escrito por: Luis Inman Peraldi

Date cuenta si eres resultado de la cultura del esfuerzo

En medio de una plática con amistades de mi edad, surgió el tema de que en nuestras familias estaba presente una cultura a base del esfuerzo. En consecuencia, nosotros también fuimos educados bajo esa premisa. Con este texto te invito a la reflexión; date cuenta si eres resultado de la cultura del esfuerzo.

Además, durante esta conversación surgió una pregunta: ¿resulta necesario inculcar esta cultura a las nuevas generaciones? Por supuesto, este cuestionamiento terminó en una enorme discusión, que no viene al caso exponer en esta entrega. Desde mi perspectiva, la connotación del término “esfuerzo” es coercitiva y de provocación. 

Me parece más prudente hablar de disciplina que de esfuerzo. La disciplina te permite generar hábitos sanos mediante la práctica constante. De esta manera, sin esfuerzo se despiertan otras cualidades como la creatividad. Y así, puedes tener una visión más amplia y precisa de dónde te encuentras y hasta dónde quieres llegar.

Precisamente desde donde estamos ahora, es el punto ideal para hacernos estas preguntas. Pues si pretendes transformar tu realidad, es necesario comenzar a hacer las cosas de manera distinta. Los cambios son la llave para lograr resultados distintos. Y aplica para todos los ámbitos de tu vida.

La disciplina depende de la práctica y toma tiempo; nadie nace siendo disciplinado. En ese sentido, un concepto que me parece más audaz es la autodisciplina. Ya que esta tiene como implicaciones el conocimiento de uno mismo, una receta para alcanzar de manera más rápida el éxito.

Para ti que me lees, te digo que nunca es tarde para comenzar. Estudia, capacítate y vuelca tus esfuerzos en convertirte en un profesional. Prepárate para lo que haces, reflexiona mientras estudias y adopta buenos hábitos. Con esto me refiero a que no sólo estudies para recordar, pues terminarás por olvidarlo todo. En cambio, si lo haces para comprender entonces no sólo lo recordarás, sino que llegarás al nivel de la comprensión.

Con buenos hábitos me refiero a actividades como la lectura, darte el tiempo para realizar anotaciones, subrayar, releer e incluso escribirlo con tus propias palabras. Así, te convertirás en autor de tu propio proceso de aprendizaje.

En la actualidad, muchas personas nos preocupamos por materializar los resultados de manera inmediata. Sin embargo, la inmediatez no está relacionada con la disciplina. Date cuenta si eres resultado de la cultura del esfuerzo y pregúntate, ¿por qué las personas son parte del montón? Porque no terminan lo que comienzan.

“Donde hay buena disciplina, hay orden y rara vez falta la buena fortuna” — Nicolás Maquiavelo

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