Hoy repasaremos las siete cuentas para una repartición estratégica de tus ingresos (parte I). En esta ocasión, nos centraremos en las 3 primeras.
“La planificación a largo plazo no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de las decisiones presentes”.
Como bien dice esta frase de Peter Drucker, las decisiones que tomamos hoy tendrán un impacto en nuestro futuro, en todos los ámbitos. ¡Y en el financiero probablemente más que en otros!
Por esta razón hablaremos en esta columna de una de las reglas de oro para una planeación financiera sólida: la repartición de tus ingresos en su uso. Como lo mencionamos en la columna anterior, desarrollar hábitos permite construir y consolidar nuestra situación financiera, partiendo de bases sólidas.
Uno de los hábitos más importantes y recomendables por el impacto que podrá tener es el de manejar 7 cuentas para la repartición de los ingresos que generamos.
¡Empecemos a revisar más a detalle de qué se trata, enfocándonos en las 3 primeras!
* La primera cuenta, la más importante si nos referimos al porcentaje o al monto de dinero que le vamos a dedicar es la de los gastos corrientes. Esta cuenta se va a destinar para los gastos de la vida diaria para ti y los tuyos, pensando únicamente en los gastos necesarios:
- alimentación en y fuera de casa si la situación lo requiere,
- renta o hipoteca,
- gastos de la vivienda (luz, gas, agua, internet, mantenimiento…),
- teléfono,
- gastos de transporte / auto,
- ropa / zapatos (¡recuerda, lo necesario nada más!)
- colegiaturas y gastos relacionados con tus hij@s (actividades, uniformes…)
Dependiendo el número de personas que integran la familia, el monto de estos gastos puede ir variando, pero en promedio se estima que alrededor del 50% de los ingresos son los que se van a ocupar para los gastos mencionados.
* Una vez “apartado” lo necesario para la primera cuenta, es indispensable que cuentes sí o sí con un Fondo de Emergencia. Una suma de dinero disponible 24/7 únicamente para situaciones de emergencia, sea médica, familiar o por alguna falla de tu auto por ejemplo, en fin una situación que no pueda esperar. ¡¡NADA MÁS!! Construir este fondo es tejer una red de seguridad y es importante hacerlo antes de pensar en otros posibles usos de tus ingresos, para poder enfrentar este tipo de situaciones sin tener que endeudarte (con tus papás, tu primo, el banco…) o que dar un tarjetazo, sin saber cómo podrás pagar esos gastos unas semanas o meses después…
Para este FDE, más que destinar un porcentaje de tus ingresos se aconseja conservar un monto equivalente a uno o algunos meses de sueldo mensual o de tus gastos fijos, dependiendo tu situación. Se sugiere reunir por lo menos dos meses de tu sueldo si eres trabajador asalariado, y dos meses del total de tus gastos fijos si eres trabajador independiente.
¡Ojo! Como familia, este fondo tiene que considerarse para cada adulto, y considerar un mes adicional por cada hij@ ayudará mucho a no generar inestabilidad en situaciones más frecuentes para ell@s, en particular situaciones de salud.
* La tercera “cuenta” es la que debes de dedicar al tema tan importante de la protección para ti y tu familia. Todos sabemos que estamos expuestos, en cada momento a tres grandes riesgos que pueden tener un impacto importante en nuestra vida y la de los que más queremos:
- el riesgo que nuestra salud no se mantenga tan buena y que tengamos que enfrentar una enfermedad o una situación accidental, y asumir gastos que pueden muy pronto volverse altísimos si queremos atendernos en una red médica de buen nivel.
- el de invalidez que se define legalmente como la imposibilidad de seguir practicando nuestra actividad profesional y por lo tanto generando ingresos.
- por último, el único riesgo que sucederá de manera segura para todos nosotros: el del fallecimiento. Nadie tiene la vida comprada ni sabe cuándo, cómo y por qué, pero ¡es un hecho que algún día ya no estaremos!
A pesar de conocer los riesgos que acabamos de mencionar, muy pocas personas todavía consideran protegerse y proteger a sus dependientes económicos por medio de un seguro de gastos médicos mayores y / o un seguro de vida adecuado a su situación, su nivel de vida etc…
Si formas parte de este porcentaje de personas que todavía no cuentan con instrumentos de protección, te invito a reflexionar en las siguientes preguntas: ¿Cuánto tiempo estás dispuesto a pagar una deuda por una situación médica que habrás tenido que enfrentar? ¿De quién quisieras depender si mañana ya no puedes proveer a tu familia lo necesario para mantener el nivel de vida actual? ¿Quién se hará responsable de tu espos@ y / o hij@s si mañana ya no estás?
Si te sentiste incómod@ al pensar en estas situaciones, es una señal de que tienes que buscar información y empezar a dedicar una parte de tus ingresos a esta cuenta de protección que podrá evitar que una situación difícil se vuelva dramática… Lo recomendable para poder estar tranquil@ pase lo que pase es que por lo menos dediques entre 10 y 15% de tus ingresos para ello.
Siete cuentas para una repartición estratégica de tus ingresos (parte I). En la siguiente columna revisaremos las 4 cuentas que todavía faltan. Pero si ya sientes que necesitas tomar decisiones y mejorar esta repartición, ¡ACTÚA YA!
¡Hasta pronto!