Según el Foro Económico Mundial (WEF) existen diez habilidades que los profesionistas deben desarrollar para afrontar el 2025. Es un informe que señala que para los empleos del futuro es necesario alcanzar el “aprendizaje activo y estratégico”. Estos dos surgieron tras la pandemia de la Covid-19. Y es por eso que resulta necesario preguntarte, ¿estás listo para aprender activamente?
Te doy un ejemplo para mayor claridad. Dentro del entorno escolar, el aprendizaje activo y las estrategias para aprender hacen referencia al abandono de la pasividad. Es así que dentro de las aulas los alumnos adquieren un papel protagónico en su propio aprendizaje. Entonces, el docente cumple una función como guía y motivador. Y al trasladarlo al mundo laboral, los colaboradores también deben asumir su rol como participantes activos, sin distinción de la actividad realizada. Por su parte los líderes fungirán como guías.
En los dos casos, docente o líder, ambos deben buscar resultados potencializando la interacción y proactividad de sus estudiantes o colaboradores. Es cierto que muchas veces buscamos aprender más rápido y leyendo menos. Esto sucede porque la enseñanza tradicional ya no parece tan funcional.
Durante mucho tiempo, la enseñanza en las aulas se impartía mediante clases a modo de cátedra. En ellas, los estudiantes se sentaban en filas para recibir el conocimiento que un instructor les compartía. El papel del alumnado se basaba simplemente en escuchar e interiorizar la información. A esto se le denomina clases pasivas y han caído en la obsolescencia.
Ahora, se pretende que mediante el pensamiento activo, el papel de alumnos y trabajadores les involucre en la construcción del conocimiento. Para conseguirlo, el papel del profesor es crucial pues facilitará ese camino alentando a la participación y animando a sus pupilos para una comprensión más profunda.
En países como Estados Unidos, llevan décadas explorando estas posibilidades. Trabajando de lleno en el tema y aplicando la transición en todos los niveles, desde kínder, hasta la preparatoria y a nivel profesional.
En el mismo sentido del aprendizaje activo, dentro de las empresas es necesario un curso referente al tema de Sistemas de Calidad Contínua. El líder del proyecto es quien será el guía y a la par de él, vamos a aprender de manera activa.
Durante una reunión se presentó el tema a estudiar, y le pregunté a los diez participantes, si alguno lo conocía (a cualquier nivel), o si en su empleo anterior habían tomado este curso. La respuesta que recibí es que sólo uno lo sabía. Y les dije que no era un tema para preocuparse, que el líder del proyecto recibiría la guía de un experto y así todos dentro de la empresa podríamos cumplir ese desafío. Un aprendizaje activo promueve el pensamiento crítico y las habilidades de resolución de problemas.
Empresario exitoso, ¿estás listo para este cambio?, ¿estás listo para aprender activamente?
“La educación no consiste en aprender hechos, si no a enseñar a la mente a pensar”.
Albert Einstein