El mundo y la fragilidad de lo humano

Escrito por: Guillermo Salvador Santos De Alba

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El presente escrito tiene como finalidad compartir una breve reflexión sobre el mundo y la fragilidad de lo humano, esa fragilidad que se representa en aquello que nos hace vernos débiles, limitados, alegres, inspirados, amorosos, tiernos, etc.

Como una serie de características en las que se va fraguando la existencia y la manera de estar en el mundo, en la medida que nos reconocemos incompletos. 

El mundo y la fragilidad de lo humano

¿Qué es lo humano?, ¿Qué es aquello que nos hace ser parte de un mundo que día a día se nos presenta como una gran gama de oportunidades (de las cuales tenemos que elegir y a veces no estamos dotados para ello)?

La respuesta puede ser utópica con ese doble sentido, camino a llegar o camino que nunca se podrá alcanzar, todo depende de la forma en la que miremos la realidad. 

Estamos en un constante ir y venir, en un activismo que nos lleva a preguntarnos por todo y a veces a no preguntar por nada, en un espíritu de consumo que nos hace cada vez más poderosos, como si lo humano se tratará simplemente de construir algo idílico que lleve a la gloria sin reconocer el fracaso de la misma.

Hoy en día ante la polarización que habita en la sociedad, el aumento de la violencia, la pérdida de los recursos naturales o el desabasto de la casa común y el deterioro de las Instituciones sociales, hace falta detenernos a pensar lo que nos hermana, lo que nos ha hecho construir y caminar que se construye en la historia con y para los demás. 

Lo humano, aquello que nos pone de cara a la vulnerabilidad, a nuestras vergüenzas que se traducen como nuestras fragilidades, que pueden ser parte de un ejercicio de reconocer al otro, y más ahora que estamos regresando a la normalidad, después de una pandemia que nos llevó a mirar a medias el rostro del otro. 

Es el momento de comprender que estamos ante la oportunidad de reconocer que lo mejor de nosotros se muestra en la vulnerabilidad y no en el poder del dinero, de las redes sociales o de los influencialismos tan comunes.

Tratando de dar una respuesta falsa o imaginaria a lo que puede ser la vida (con esto no quiero entrar en la polémica del enjuiciamiento de las redes, sino simplemente evidenciar una dinámica que hace que nos olvidemos de lo humano cuando nos arrastra la superficialidad), generando un consumo de objetos, marcas, gustos deseos, placeres, personas, etc. como si lo humano fuera una mercancía más.

Pareciera que, en el momento actual, en pleno 2022 vivimos en momentos oscuros de la humanidad.

Algo que nos dejó la pandemia aparte de valorar cada vez más lo que tenemos y aprovechar el día a día, nos pone de frente la oportunidad para reflexionar, qué es aquello que nos hace acercarnos a otros, qué es lo que nos llena de alegrías y esperanzas en el día a día. 

La fragilidad de lo humano nos plantea de cara a vivir con una ética que mire, actúe y reconozca a los más débiles del mundo; aquellos que son capaces (sin distinción de condición social) de ver a los ojos a los demás y de comprender que cuando nos encontramos con el otro quitando las apariencias, hablamos desde lo que nos hermana y nos hace crecer. 

¡Hoy cuánta falta nos hace!

Guillermo Salvador Santos De Alba para Conhectores

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