Para tener un negocio que funcione de manera exitosa, es necesario escalarlo. Según la definición de Brad Sugars, una organización exitosa es “una empresa comercial y rentable que trabaja sin que el dueño la opere”. Por lo tanto, escalar un negocio es una manera de alcanzar ese punto en el que las tareas siguen en pie aún sin ti. Revisemos las diferencias entre crecer y escalar un negocio.
Es probable que conozcas el término, pero no lo que implica escalar una compañía, y sobre todo, la diferencia entre el crecimiento.
“Manejar con éxito el escalamiento de una compañía requiere tres cosas: un número creciente de líderes capaces, una infraestructura escalable y la capacidad para transitar por ciertas dinámicas de mercado”. – Verne Harnish
Escalar una empresa
Obtener más y mejores resultados con un menor esfuerzo, eso es escalar una empresa. En otras palabras, lograr más con menos. Otra forma para hacer referencia a esto, es el “apalancamiento”, es decir utilizar, aunque no sea de manera literal, palancas. Escalar un negocio es todo un arte, que implica desarrollar sistemas y personas que los ejecuten. De esta manera, las ganancias llegan de forma más fácil. Y eventualmente, todo funcionará aún sin tu presencia.
Las diferencias entre crecer y escalar un negocio
Escalamiento y crecimiento se utilizan a menudo de manera indistinta, sin embargo no son sinónimos y es importante diferenciarlos. Escalar un negocio no significa que esté creciendo. Y el crecimiento no es señal de que la empresa esté escalando, permíteme explicarlo.
Ambas acciones requieren inversión, esto es, tiempo, inmuebles, personal, herramientas, tecnología y más. La diferencia es que el escalamiento representa un retorno mayor de la inversión. Es posible hacer crecer un negocio y aún así no ver un aumento en los ingresos, pero es imposible que esto suceda en la escala. Aunque ambas cosas son geniales, es innegable que una es mejor que otra. Escalar un negocio es lo que produce más.
¿Cuándo una organización está creciendo?
Esto es visible cuando expande su alcance mediante nuevas ubicaciones; cierra más ventas u otras similares. Sin embargo, para lograrlo está comprando bienes o contratando más colaboradores. Desde afuera, como espectador, el crecimiento es evidente, pero a la par que aumentan su presencia e ingresos, lo hacen sus costos.
¿Y cuándo está escalando?
Cuando por ejemplo, está percibiendo ganancias diez veces más por sus ventas. Sin embargo, para lograrlo, realizó una inversión en software que permitió simplificar procesos de producción. Y que a su vez, impactó en el ahorro en los costos del proceso de venta de los productos. Así, el aumento de las ventas compensa con creces el gasto, aumentando el ingreso de forma exponencial. Este es el tipo de expansión que se debe buscar al momento de escalar.
Los siete pasos para escalar
1. Genera una visión
Responde algunas preguntas como: ¿En dónde estoy?, ¿A dónde quiero llegar a futuro? te permitirán vislumbrar tu visión. Este es un primer paso, porque para escalar, primero es necesario direccionar.
2. Marca el propósito
Describir el por qué, es una declaración de propósito que se convertirá en una hoja de ruta. Y esto debe apuntar hacia una visión más amplia que debe describir:
- Cuál es el tipo de empresa que manejas.
- Cómo es el equipo ideal que te permitirá hacerlo realidad
- Quiénes son las personas con las que desea negociar
- Lo que diferencia a su empresa
3. Establece una cultura empresarial
Diseñar una cultura organizacional tiene como objetivo definir los valores fundamentales. Asimismo, marcarán el tono y los comportamientos que se esperan de los trabajadores al interior de la compañía. Y debe considerar los valores que:
- Quieras que representen tu organización
- Aquellos que le servirán para alcanzar el éxito a largo plazo
- Tendrá tu gente para alinearse a la visión
- Tus clientes poseen para trabajar contigo
Se trata de una parte clave para escalar porque establece la dirección de los sistemas a implementarse.
4. Elabora un plan estratégico
- Establecer objetivos, indicadores y prioridades a futuro es vital. Por ello, el plan estratégico deberá incluir:
- Objetivos a 3 años, así como los “drivers” a mediano plazo
- Indicadores, objetivos y prioridades anuales y de forma trimestral
5. Haz un organigrama del futuro
Concéntrate en un equipo de alto desempeño, eligiendo perfiles excelentes. Este es un paso que te llevará a un proceso efectivo. Y ten presente que los sistemas dirigen el negocio y es la gente quien dirige los sistemas. Marca metas a tres años y pregúntate qué tipo de talento requieres para alcanzarlas. Esto no puede ocurrir en solitario.
Al pensar en el talento, es el momento de generar un organigrama descriptivo. Que incluya una descripción de los roles y responsabilidades para avanzar. No te detengas a pensar en el aspecto que tiene tu estructura actual, sino cómo deberá lucir más adelante. Deberá responder a cómo quieres que sea en al menos 3 años.
Esta estructura ideal te permitirá priorizar acerca de los sistemas a crear y los puestos futuros.
6. Describe los puestos
Profundiza en todos y cada uno de los roles que coloques en el organigrama. Las descripciones deberán ser claras para que tu equipo pueda apoyarte con tus objetivos. Algunos puntos clave a considerar son:
- Las principales actividades, funciones y responsabilidades
- KPI’s o resultados a alcanzar
- Competencias y conocimientos clave a poseer
- Posición en la estructura (a quién le reporta y quién responde ante él)
7. Necesitas manuales de sistemas y procesos
Es la parte que requiere más tiempo al momento de escalar una empresa. Sin embargo, cada sistema desarrollado e implementado reduce la carga laboral al menos cinco o diez minutos diarios. Y en algún tiempo, los sistemas harán que no sea necesario que te presentes al trabajo. Crear este negocio que funcione por sí mismo es posible.
Al menos el ochenta por ciento de las tareas de una empresa son rutinarias. Y si se realizan de forma regular, es posible sistematizarlas. Para comenzar, resulta útil enlistar todas las tareas que tú o tus empleados desempeñan recurrentemente. Y se debe tomar en cuenta la frecuencia con la que se llevan a cabo, por ejemplo, de manera diaria, semanal, mensual u otras. Y a partir de ahí, generar un manual de instrucciones para las cosas que se hacen con menor frecuencia.
Un manual de procesos es una guía fácil a través de su trabajo, sin que sea demasiado complejo. Y deberá incluir por lo menos una, pero preferentemente todas estas características:
- Listas de verificación
- Fotografías de los resultados esperados
- Videos que capaciten de manera visual; también resulta funcional enlazar documentos y archivos de utilidad
- Infografías que muestren cómo encajan todas las cosas
- Es posible utilizar documentos, videos o invertir en software para controlar los sistemas más adelante
Deseo que las diferencias entre crecer y escalar un negocio y estos puntos te resulten útiles. Y si quieres saber cómo autogestionar tu empresa, visita el sitio web de Innovarte. Nosotros te ayudamos a expandir tu libertad empresarial.
Alejandro Valdés es especialista en crecimiento de dueños de negocio. | Contacto: [email protected]