La industria musical cuenta con una de las estructuras más diversificadas que existen. En su interior se derrama una cantidad impresionante de dinero. Todo esto alrededor de un idílico placer que sólo unos cuantos logran dominar y ejecutar con magistral dominio del sonido. La música nos acompaña siempre y con ella los artistas que la interpretan. Es así que quienes la escriben se vuelven nuestros primeros héroes por musicalizar el soundtrack de nuestras vidas. Hoy en echando a perder se emprende, la historia de Adal Ramón y la industria musical en explosión.
El creciente avance tecnológico ha logrado sofisticar y evolucionar las formas de hacer música. Y actualmente tenemos plataformas digitales que han marcado un antes y un después, como Spotify o Bandcamp. Si bien han facilitado el proceso de creación y distribución de la música, los problemas para trascender como un verdadero rockstar no necesariamente son menos.
Adal Ramon Franco, es poseedor de un gusto musical de rechupete, es ingeniero en audio y el dios Apolo le ha puesto en el camino varios retos. Estos van desde verificar que el sistema de audio de los autos de VW sea de verdad excelso. Hasta de lograr producir el sonido más espectacular en gira por Europa para una banda de rock: The Tacits.
También Adal es fundador de Vulcano Records, donde artistas locales de distintos géneros fueron los primeros en confiar en él para cristalizar su propuesta musical. Por otro lado, fue coproductor del programa de radio “Submarino FM”. Y cuenta que durante todo este tiempo, su vocación le ha dejado anécdotas tan absurdas como que los músicos no logran ponerse de acuerdo para la grabación, pues tienen otras chambas, otros hobbies y simplemente hacerlos coincidir es un milagro. Hasta bastante fuertes como que la banda se desintegra -no por ego e indisciplina- sino por el deceso de alguno de sus integrantes.
Sin duda, comentó Adal: “producir alejado del -mainstream- me ha dado satisfacción y experiencias a manos llenas”. Actualmente, es miembro del Club Rotario Atlixco Villa de Carrión y entre sus últimas hazañas está la dirección de audio de coros infantiles. Y asegura que sus miembros puede que sean tenores en potencia pero sobre todo elementos de una maquinaria cultural de la que Adal quiere seguir formando parte.
Espero que la historia de Adal Ramón y la industria musical en explosión te ayude para encontrar el camino del emprendimiento. Y así comenzar a brillar estando consciente que si lo echas a perder lo estás haciendo bien. Yo soy Vianney Hernández, no te pierdas la siguiente entrega.
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